El lupus es una enfermedad compleja y variable así que es difícil predecir o generalizar que podría pasar si no se trata.
La gravedad de la enfermedad debe guiar el manejo y tratamiento
Las personas con lupus deben tener evaluaciones regulares para asegurar que no se están desarrollando complicaciones en los órganos. El tratamiento es muy importante para las personas que ya tienen afección en los órganos, como, por ejemplo, inflamación en los riñones.
Debido a que el tratamiento está basado en la gravedad de las manifestaciones, es importante que las personas con lupus estén conscientes de sus síntomas. Hasta el 50% de las personas que padecen de lupus pueden tener síntomas que no son fatales, como fatiga, dolor en las articulaciones, y sarpullido. Los antiinflamatorios no esteroides (como ibuprofeno) y antimaláricos (como hidroxicloroquina) se utilizan en este caso para aliviar los síntomas.
Aun cuando los síntomas de lupus son leves, el seguimiento regular de la enfermedad es de importancia crítica
Sin embargo, por el riesgo de tener un brote cuando hay afección de órganos (por ejemplo, inflamación en un riñón o pulmón/corazón, las personas con lupus deben de tener evaluaciones regulares para asegurar que la afección de los órganos no es fatal. Muchos médicos recetan antimaláricos aun cuando el lupus es leve porque hay evidencia que pueden disminuir la frecuencia y gravedad de los brotes y son de baja toxicidad.
Para los pacientes con afección severa de los órganos- como inflamación de los riñones- el tratamiento es muy importante.
El tratamiento mejora la supervivencia a largo plazo
Antes de que los medicamentos (como esteroides y otros inmunosupresores) estuvieran disponibles para tratar el lupus, las tasas generales de supervivencia a cinco años eran inferiores al 50%. Con opciones terapéuticas ampliadas, las tasas de supervivencia a 5 años son ahora más del 95%.
Fuente: Lupus Foundation of America
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