Para empezar con la actividad física, es importante que definas tus objetivos y hagas un seguimiento de la consecución de los mismos.
Así que, en primer lugar, elige la actividad, junto con tu médico y, si puedes, junto con un profesional fisioterapeuta o experto en rehabilitación que supervise tu trabajo.
Todo ejercicio físico deberá de pasar por tres fases:
Fase de calentamiento. Comienza siempre la actividad de menos intensidad a más. Es importante que, si haces ejercicios dirigidos, se estructuren siguiendo un calentamiento general y calentamiento específico, dirigidos a preparar los músculos de todo el cuerpo y en especial de los que trabajarás en esa actividad en concreto.
Fase de actividad. Le deben seguir una fase de trabajo en movimiento y trabajo postural en el sitio, así como ejercicios respiratorios o diafragmáticos.
Fase de estiramientos y vuelta a la calma. Finalizarás siempre la sesión con estiramientos, destacando la importancia del trabajo de relajación tras estas sesiones.
Los estiramientos en piscina caliente pueden ser muy beneficiosos, ya que disminuyen el malestar asociado a los intensos estiramientos y el estrés de las articulaciones. También puedes utilizar balones terapéuticos para realizar los estiramientos, siempre que se sepan usar correctamente.
Los ejercicios podrán ser realizados sin carga, o bien con pesas pequeñas o bandas elásticas.
Fuente: Reumatólogos de la ciudad de Santa Fe
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