Sí, y que nadie diga lo contrario porque estaría faltando a la verdad y atentando contra la evidencia científica actual.
Es cierto que no existe un tratamiento curativo, pero como ocurre con otras enfermedades crónicas, el tratamiento mejora la situación y consigue que el paciente tenga una calidad de vida lo suficientemente buena como para permitirle hacer una vida normal. No hay que olvidar que este es el objetivo fundamental a conseguir en la mayoría de las enfermedades crónicas.
Afortunadamente, en los últimos años se ha producido un cambio claro en la manera de enfocar la fibromialgia por parte de los médicos.
Inicialmente, el argumento era: “La fibromialgia no existe”, por tanto, no hay nada que tratar. Así se despachaba entonces al paciente con fibromialgia dejándola con sus síntomas y hundida en una profunda desesperación.
Más tarde, cuando aparecieron los primeros estudios descriptivos sobre esta enfermedad, se comprobó que es una entidad real que afecta a un porcentaje nada despreciable de la población. Entonces, el argumento cambió y empezó a ser: "Existe, pero no tiene ningún tratamiento”.
Conforme se fueron haciendo ensayos clínicos con fármacos y otras medidas terapéuticas, pronto se puso de manifiesto que, efectivamente, se conseguía una mejoría significativa de los síntomas cuando se trataba correctamente a estos pacientes.
En este momento, empezó a aparece el tercer argumento en esta cadena de despropósitos: “De acuerdo, tiene tratamiento, pero que la traten otros porque no es una enfermedad reumatológica”.
Esto último, también se ha visto que no es cierto y existen varios artículos de investigación que demuestran que los médicos de asistencia primaria, psiquiatras, neurólogos y otros especialistas no están tan familiarizados con el diagnóstico y, sobretodo, con la posibilidad de distinguir los síntomas de la fibromialgia de aquellos que tienen otras enfermedades reumáticas inflamatorias, que son muy parecidos.
De esto, se deduce que en el momento actual los especialistas que mejor conocimiento tienen de la fibromialgia son los reumatólogos y por tanto los que pueden tratarla con mayores garantías de éxito.
La información y entrenamiento del paciente, el empleo de fármacos, los ejercicios y algunas terapias basadas en medicina física, varios tratamientos psicológicos y algunas modalidades de medicina alternativa, constituyen las herramientas terapéuticas más eficaces para el tratamiento de la las personas con fibromialgia.
No obstante, hay que saber que no todas las medidas terapéuticas funcionan de la misma manera y que cada paciente es un caso distinto por lo que no queda otra solución que hacer un tratamiento individualizado tratando de conseguir una combinación multidisciplinar que incluya las medidas más eficaces para cada paciente.
La realización regular de ejercicio físico es la modalidad que ha mostrado una evidencia científica mejor y la que goza de un mayor grado de eficacia para el control de muchos de los síntomas de la enfermedad, incluido el dolor, las alteraciones del sueño y del estado de ánimo.
Los fármacos mejoran algunos de los síntomas, pero la eficacia en el contexto global de la enfermedad está por debajo de los resultados obtenidos con el ejercicio físico. Además, el riesgo de los fármacos es, como hemos visto ya en varios artículos, los efectos secundarios que aparecen frecuentemente con casi todos ellos, motivo por el cual deben utilizarse con mucha precisión y cuidado.
Las terapias psicológicas ayudan al paciente a afrontar mejor la enfermedad para que no le suponga una carga inaceptable. Los mejores resultados de las terapias psicológicas se han conseguido cuando se administran conjuntamente con el ejercicio físico.
Algunas modalidades de terapia alternativa también contribuyen a la mejoría del paciente. Pero aquí el grado de evidencia que hay es muy irregular por lo que debemos ser muy prudentes a la hora de recomendar estas terapias. Desgraciadamente, alrededor de este tipo de terapias ha surgido una medicina llena de falsedades que perjudica notablemente al paciente con fibromialgia.
La información y el conocimiento que la persona con fibromialgia debe tener sobre su enfermedad es fundamental.
Aunque la hemos puesto en último lugar, es una parte muy importante y es por donde se debe empezar siempre el tratamiento de esta enfermedad para que el paciente tenga una visión lo más amplia posible de sus posibilidades de mejoría y lo que tiene que hacer para conseguirla.
Fuente: Reumatólogos de la Ciudad de Santa Fe
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